EL TRASCORO

El trascoro de la catedral es obra neoclásica diseñada por Domingo Lois en el último cuarto del siglo XVIII, esta es la última fase constructiva de la catedral. Realizado en mármoles blancos jaspeados y rojos, el altar despliega, redundando en la portada principal del Templo, una estructura tripartita, en la que se abren tres hornacinas idénticas, si bien la primacía de la central se enfatiza mediante el flanqueo de siete columnas agrupadas en función del doble retranqueo que acusa un entablamento que remata, sólo en este cuerpo central, con un frontón semicircular. Estas siete columnas agrupadas son representación de los siete varones apostólicos, pilares de la Iglesia local de Guadix. 

La hornacina central acoge la magnífica imagen sedente de la Soledad de la Virgen, obra maestra del insigne imaginero Torcuato Ruiz del Peral en el siglo XVIII. Es conocida como Nuestra Señora de la Humildad. Las hornacinas laterales, albergan las imágenes de San Antonio de Padua, de tamaño ligeramente inferior al académico y de acentuado dinamismo, y un San Miguel Arcángel de delicadas facciones y pausada anatomía, ambos de la Escuela Granadina del siglo XVII.

En este espacio se celebraba diariamente la Santa Misa para el pueblo. De ahí que todos los trascoros estén presididos por un retablo, el altar y la reja.

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